Toxicología Médica: Una disciplina imprescindible para la salud integral

Todas las culturas a través de la historia han permitido o prohibido la interacción  de las personas con sustancias químicas, intentando darle un uso medicinal, recreativo o como arma de guerra. Pero también las poblaciones se han visto expuestas de manera involuntaria a sustancias químicas tóxicas a través de alimentos o contacto por otras vías.

De acuerdo a su composición, tiempo de exposición o a las características propias de las personas, estas sustancias pueden dañar distintos órganos y alterar funciones, al punto de intoxicar en distintos grados. Y por ello se les ha denominado “venenos”, “tóxicos” o “xenobióticos”.

Dentro de las Ciencias Médicas, la Toxicología ha tenido un desarrollo científico exponencial, de la misma forma en que los humanos somos expuestos cada vez más a sustancias potencialmente tóxicas entre los 70 millones de sustancias químicas que han sido reconocidas.

Pensemos en el aire que respiramos -más aún en aquellas ciudades con industrias mal fiscalizadas-, la contaminación del agua que bebemos o los productos con los cuales se preservan los alimentos.

En los medios de comunicación se mencionan cada vez con mayor frecuencia los efectos de medicamentos que generan efectos colaterales porque están contaminados desde su elaboración, o de alimentos que contienen preservantes que afectan a niños y adolescentes, así como la exposición a metales pesados presentes en el aire, en el suelo o en el agua.

Los disruptores endócrinos, sustancias químicas que interactúan con órganos importantes en la economía del cuerpo, producen trastornos de hiperactividad en niños y adolescentes, e incluso cambios en la fisiología reproductiva, entre otras alteraciones cada vez más estudiadas.

Sin embargo, algunos pocos países no reconocen a la Toxicología Médica como una especialidad, disminuyendo de esa manera las posibilidades de actuar en los distintos niveles de prevención y en los diversos niveles de complejidad del sistema de salud.

Para quienes actuamos profesionalmente en el campo de la Toxicología Médica, es un desafío que los pacientes comprendan la importancia del cuidado en salud y de exposición a sustancias tóxicas y también que quienes se desempeñan en salud, puedan reconocer el aporte de dicha especialidad.

La obesidad, por ejemplo, no es meramente un tema del balance de calorías. Las sustancias tóxicas al interactuar sobre el sistema metabólico pueden generar un trastorno de la acumulación lipídica. Son los denominados obesógenos.

Pero eso parece aún lejano de ser reconocido como un aporte para el diagnóstico y el tratamiento adecuado, quedando atrapados en dietas convencionales que tantas veces parecen no funcionar y generan frustración de pacientes y profesionales.

Asimismo, sustancias psicoactivas de consumo recreativo en adolescentes interactúan con distintos sistemas del cuerpo humano. Dado que es frecuente el policonsumo de sustancias psicoactivas -a las que popularmente se denominan drogas- puede afectar el crecimiento y el desarrollo adecuado.  En ese caso, la Toxicología Médica será la especialidad llamada a interactuar con especialidades de la medicina y las ciencias sociales. Prescindir de ella conduce a especulaciones graves y a resultados nada alentadores, pues pueden adjudicarse a la psicología efectos toxicológicos en el sistema nervioso central o desarrollar un tratamiento médico sin considerar los efectos de la abstención a sustancias que han generado dependencia.